FUENTE: "Diario Hoy".
Alejandro Villalobos.
Nada se le puede reprochar al Atlético San José. Un partido serio,
sobre todo en la segunda entrega y el gol final de Asensio cuando el
Pacense soñaba con unas utópicas tablas, cerró las dudas y otorgó el
cuarto triunfo a un once que se coloca en la zona media-alta con
merecimiento.
Los de Javier Bayón arrancaron el pleito con más fe, conscientes de
que todo era cuestión de tiempo y que en su primer arreón se llevaría
por delante a un rival que al llegar a la divisoria parecía que
terminaba allí su viaje. Sin excesivo brillo en el campo y con el único
calor en el campo del color de las tarjetas mostradas por el colegiado:
Víctor, Parra, Macarro., avanzaba el duelo. El interior diestro Rubia se
frotaba las botas a 10 metros del vértice derecho del área. Y el de la
capital de Extremadura es de los que no tiene piedad. Donde pone el ojo
pone el gol. Pierna izquierda, precisión quirúrgica y el cuero al fondo
de la red. Golazo y alegría en las filas moradas.
La reacción del Deportivo se limitó a un disparo al cielo de Sardiña a
los 34 minutos y poco más. El San José apenas se inmutó. Era preciso
hacer cambios y el primero en hacerlo, obvio por el guarismo en su
contra, era el míster visitante. Dejaba el césped Nacho y su hueco lo
ocupaba Sito. Y a los sesenta segundos de la reanudación, Parri a la
media vuelta daba un nuevo susto pero sin llegar a quemar las redes.
El
San José tuvo que ponerse serio. Pelu, con un trallazo desde la media
luna, obligó a Josemi a poner todo de su parte (m.53). Casi sin respiro,
un cabezazo de Javi Martín que se iba fuera. Quería el Deportivo
nivelar fuerzas y aplicó tanta intensidad, nervios y hasta violencia en
alguna de sus acciones que lo pagó con la invitación a Macarro a decir
adiós al campo por doble amonestación (min. 64). Volvió a poner el pie
en el acelerador la tropa de Almendralejo y otro caudal de ocasiones,
preámbulo del final feliz. Buscaba el tanto de la tranquilidad el
Atlético y fruto de su ímpetu recogería el fruto anhelado a siete del
final. Las mentes y piernas pacenses de la zaga pacense no lo vieron
claro y llegó la tragedia. Pelu tenía el radar puesto, cazaba el balón y
su centro sobre Asensio veía el remate final del jugador violeta con el
que se cerraba el debate.