lunes, 28 de septiembre de 2015

Atlético San Jose Promesas 2 - 0 Deportivo Pacense.

FUENTE: "Diario Hoy".
Alejandro Villalobos.

Nada se le puede reprochar al Atlético San José. Un partido serio, sobre todo en la segunda entrega y el gol final de Asensio cuando el Pacense soñaba con unas utópicas tablas, cerró las dudas y otorgó el cuarto triunfo a un once que se coloca en la zona media-alta con merecimiento.

Los de Javier Bayón arrancaron el pleito con más fe, conscientes de que todo era cuestión de tiempo y que en su primer arreón se llevaría por delante a un rival que al llegar a la divisoria parecía que terminaba allí su viaje. Sin excesivo brillo en el campo y con el único calor en el campo del color de las tarjetas mostradas por el colegiado: Víctor, Parra, Macarro., avanzaba el duelo. El interior diestro Rubia se frotaba las botas a 10 metros del vértice derecho del área. Y el de la capital de Extremadura es de los que no tiene piedad. Donde pone el ojo pone el gol. Pierna izquierda, precisión quirúrgica y el cuero al fondo de la red. Golazo y alegría en las filas moradas.

La reacción del Deportivo se limitó a un disparo al cielo de Sardiña a los 34 minutos y poco más. El San José apenas se inmutó. Era preciso hacer cambios y el primero en hacerlo, obvio por el guarismo en su contra, era el míster visitante. Dejaba el césped Nacho y su hueco lo ocupaba Sito. Y a los sesenta segundos de la reanudación, Parri a la media vuelta daba un nuevo susto pero sin llegar a quemar las redes.

El San José tuvo que ponerse serio. Pelu, con un trallazo desde la media luna, obligó a Josemi a poner todo de su parte (m.53). Casi sin respiro, un cabezazo de Javi Martín que se iba fuera. Quería el Deportivo nivelar fuerzas y aplicó tanta intensidad, nervios y hasta violencia en alguna de sus acciones que lo pagó con la invitación a Macarro a decir adiós al campo por doble amonestación (min. 64). Volvió a poner el pie en el acelerador la tropa de Almendralejo y otro caudal de ocasiones, preámbulo del final feliz. Buscaba el tanto de la tranquilidad el Atlético y fruto de su ímpetu recogería el fruto anhelado a siete del final. Las mentes y piernas pacenses de la zaga pacense no lo vieron claro y llegó la tragedia. Pelu tenía el radar puesto, cazaba el balón y su centro sobre Asensio veía el remate final del jugador violeta con el que se cerraba el debate.